La habilidad de cambiar; transformarte en la persona que quieres ser.

La habilidad de cambiar; transformarte en la persona que quieres ser.

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Para cambiar debemos tener consciente cómo queremos ser de ahora en adelante y cómo ya no queremos ser. Tenemos la habilidad de cambiar y podemos perfeccionarla, para cada día estar más cerca de ser la persona que queremos llegar a ser.

Cambiar es reinventarte, es crear nuevas emociones que reflejen tu nuevo yo olvidándote de las emociones y pensamientos que reflejan lo que ya no quieres ser.

Cómo creamos nuevas conexiones en el cerebro.

Cada vez que aprendes algo nuevo creas una nueva conexión neuronal en el cerebro, las células nerviosas tienen la capacidad de guardar y comunicar información entre ellas. El aprendizaje forja nuevas conexiones y con cada cosa nueva que aprendemos nuestro cerebro cambia físicamente, pues las conexiones neuronales que se crearon son conexiones físicas.

Hace poco en un viaje con sus amigos, mi sobrino de 18 años rentó un coche y cuando subió se dio cuenta de que le había dado un coche estándar ( de cambios manuales), y él nunca había manejado uno así. Para él la solución fue muy sencilla, busco en YouTube “Cómo manejar un coche estándar”, vio el video y en pocos minutos ya estaba manejándolo;  durante todos los días que duró su viaje manejó ese coche.

Mientras estaba viendo el video estaba aprendiendo algo nuevo y creando las conexiones neuronales que reforzó cuando puso en práctica lo aprendido. El cerebro de mi sobrino empezó a cambiar físicamente desde el momento en que abrió el video e instalo el nuevo “hardware” con el que ahora tiene un nuevo nivel de mente, y en los días en los que practicó lo aprendido fortaleció esas conexiones.

Joe Dispenza nos explica que el principio de la neurociencia es: las células nerviosas que se disparan juntas, se conectan entre sí. Esto es que cuando empiezas a aprender nueva información conectas bilógicamente esa información en la arquitectura de tu cerebro, creas nuevas conexiones a nivel neuronal, y recordar o practicar es la forma de mantener y reforzar esas conexiones.

Cuando estas neuronas se disparan juntas se empiezan a enlazar entre ellas formando nuevas redes neuronales. Imagina tus neuronas como grupos de personas que se levantan de su silla por el mismo evento, y una vez que ven que se levantan juntas se toman de la mano creando redes de comunicación; así cada vez que una se levante como reacción al mismo evento, se van a tomar la mano de nuevo hasta que ya no se suelten y se levanten siempre todas a la vez; en automático como reacción a ese evento.

Estas redes tienen un comportamiento químico y eléctrico que se denomina sinapsis. Cada pensamiento que tenemos genera electroimpulsos en el cerebro. Estos impulsos ya se pueden ver con una tomografía por emisión de positrones (PET), donde podemos ver el cerebro en pleno ajetreo neuronal.

Tenemos más de 100 mil millones de neuronas que todo el tiempo se disparan en diferentes combinaciones dependiendo de cada idea, recuerdo, experiencia, actividad o comportamiento.

Cuando mi sobrino entendió teóricamente cómo manejar un coche estándar y pasó del entendimiento intelectual a la acción, modificó su comportamiento al manejar; es decir tuvo una nueva experiencia de manejo que le creó nuevas y diferentes redes neuronales. A esa experiencia se le fueron agregando diferentes redes que se activaron con lo que veía, lo que sentía, lo que olía, lo que escuchaba y con el sabor de su boca.

 Nuestros 5 sentidos fortalecen las experiencias.

En esta nueva experiencia sus 5 sentidos reunieron información de su entorno durante la experiencia. Toda esa información se fue a su cerebro lo que amplió las redes neuronales; sus neuronas se fueron “tomando de la mano” y se organizaron en patrones. En el momento en que esas redes se empezaron a unir, su cerebro liberó cierta sustancia química única para esa experiencia; esta química específica es lo que se llama sensación o emoción.

Sensación o emoción es la química que liberan en el cerebro emocional las nuevas redes neuronales que se formaron como resultado a cierta experiencia.

Entre más se enfoquen los 5 sentidos más fuerte es la química que se libera y eso hace que recordemos con más claridad. Es por esto que podemos recordar nuestro primer beso o el detalle del nacimiento de nuestros hijos, pero no lo que comimos ayer.

Cómo usar la química a nuestro favor y provocar el cambio que queremos lograr.

Como lo explica Dispenza; digamos que lees el libro de Los cuatro acuerdos del Dr. Miguel Ruiz y resuena en tu alma lo que ahí aprendes, tanto que lo lees de nuevo y subrayas en amarillo el 50% del libro. Te convences que de la felicidad al igual que el sufrimiento son una elección, y decides que de hoy en adelante vas a vivir bajo los 4 acuerdos:

Honrando tus palabras.

Sin tomarte nada personal.

Sin suponer.

Y haciendo siempre lo mejor.

Empiezas un diario para escribir todos los días cómo estás honrando tu compromiso con hechos reales de tu día a día, comentas el punto con tus amigos, convences a unos cuantos para que lean el libro y ya que lo hicieron lo comentan y ellos también empiezan su diario, te piden consejos y bueno, todo va de maravilla. Cada día estas más feliz y sientes como te invade una sensación de paz cada vez que abres tu diario.

Días después llega tu mejor amiga y te platica feliz de su nuevo novio al que ama y con el que quiere que la acompañes a cenar hoy. Cuando te dice quién es te quedas en shock, pues es aquél que fue tu compañero de escuela al que ODIAS. Se burlaba de ti y fue quien te hizo aquella broma tan pesada acerca de la forma de tu cara, y por la que se te quedó el apodo de “luna”.

De sólo imaginar que al verlo te va a saludar con un “Hola Luna”, se te oprime el pecho y te dan hasta ganas o de llorar o de golpearlo. Te estresas y tu cuerpo reacciona como cuando ves de frente un león hambriento, pues los 2 eventos producen el mismo efecto físico.

Con el pensamiento se activa la respuesta física del estrés.

Aquí tu cuerpo es tu mente inconsciente que no diferencia una experiencia real como la de estar frente a un león hambriento de una imaginaria, pues la emoción que fabricas es la misma.

Y sumergida en esa emoción te acuerdas de tu compromiso y piensas “No debo suponer y no debo tomarme nada personal, voy a honrar mis palabra y ser la mejor amiga hoy en la noche”. En cuanto lo piensas empiezas a analizar qué estabas pensando y sintiendo, te das cuenta que estás suponiendo que el novio de tu amiga se va a burlar de ti, y aún sin que hayan sucedido ya te estás tomando las burlas de forma personal, olvidándote de tu compromiso de aplicar los 4 acuerdos en tu vida; entras a un proceso que la neurociencia define como metacognición, en donde observas quién estabas siendo.

Cuando puedes observarte y analizarte puedes hacer cambios en tu comportamiento y en tus pensamientos que te hagan cumplir con tu compromiso.

Cuando te observas entra en acción la neocorteza del cerebro, que baja la intensidad de lo que ya no quieres ser y logras observar sin que se disparen las emociones. Entre más lo haces las células que se dispararon juntas al pensar en “Luna” ya no lo hacen, y empiezas a lograr cambios físicos en tu cerebro pues las células “se sueltan de las manos”, los circuitos que estaban conectados en tu cerebro se van desconectando y esa antigua forma de ser va perdiendo fuerza.

Te das cuenta de que estás creando un infierno basado en suposiciones, que te está envenenando pues te lo estás tomando personal y empiezas a analizar nuevas formas de ser ante tu amiga y su novio. De sólo analizarlas ya estás creando en tu cerebro nuevas conexiones con nuevos patrones de células que se están activando juntas. Estás creando físicamente un nuevo hardware, nuevos circuitos que van a estar instalados para la hora de la cena.

Entre más conceptos sacas de tu libro más sincroniza tu cerebro esos nuevos circuitos; empiezas a crear cómo vas a reaccionar, a buscar formas para contestar con impecabilidad y preparas en tu mente el terreno para que crezcan las semillas que le van a hacer bien a tu nueva relación con esa persona.

Pero… tu llevas años activando los circuitos viejos; cada vez que te recoges el pelo te acuerdas de la broma que hizo de tu cara redonda y revives y revives esa experiencia. Ahora que estás tratando de activar tu nuevo pensamiento “4 acuerdos” los circuitos anteriores se activan boicoteando tu intención con pensamientos como “pero es un odioso” , “la gente no cambia”, “mejor velo primero y después decides si merece que lo trates con los 4 acuerdos”, etcétera.

Si persistes en este nuevo pensamiento poco a poco se irá bajando el volumen de los pensamientos viejos, hasta que la nueva forma de pensar suene más y más fuerte. Cuando esto pase, la nueva red neuronal estará fuertemente tatuada en tu cerebro y será parte de ti, de lo que eres.

Cada lugar donde una neurona se conecta con otra es un recuerdo, cuando se van desconectando vas eliminando biológica y neurológicamente la memoria del viejo yo, así es como cambia tu mente.

Ya rumbo a la cena te vas recordando quien ya no quieres ser, y así vas callando y sellando los circuitos viejos. También vas pensando en quién vas a ser, y como dicen Los 4 acuerdos, estas sembrando nuevas palabras, ideas, creencias, conceptos y opiniones que preparan tu mente.

Entras al lugar de la cena y saludas amablemente con una sonrisa honesta, y en ese momento logras que tus conducta coincidan con tus intenciones y te das cuenta de que estas expresando lo que eres.   Tus acciones coinciden con tus pensamientos, y así logras que tu cuerpo y tu mente trabajen juntos, en armonía. Esta conducta te hace sentir feliz, tal y como lo dice el Dr. Miguel Ruíz;  y así le enseñas al cuerpo emocionalmente a entender lo que tu mente entendió intelectualmente.

El lenguaje del cuerpo son las emociones y el lenguaje de la mente son los pensamientos.

Aquí el cerebro crea una nueva química que le manda al cuerpo, y esto empieza a cambiar tu expresión genética pues al gen le está llegando nueva información; le estás enseñando químicamente al cuerpo lo que la mente entendió intelectualmente.

Para que este cambio sea real vas a tener que repetirlo una y otra vez, hasta que lo hagas sin tener que pensarlo, que te salga en automático y así condicionar neuroquímicamente al cuerpo para que memorice los 4 acuerdos aplicados.

Cuando esto pasa y tu cuerpo y tu mente saben lo mismo y trabajan en armonía y concordancia, activas tu mente inconsciente y esa nueva forma de ser pasa a ser parte de lo que ahora eres; es un estado del ser, de tu ser.

Este mismo proceso lo puedes hacer sin tener que vivirlo, usando la meditación como una herramienta para crear el cambio como lo expliqué en la entrada del blog CREA TU VIDA.

Puedes crear las redes neuronales y cambiar físicamente tu cerebro para que refleje una nueva realidad en tu vida, para que tu cuerpo y tu mente piensen en unísono y logres crear tu nueva realidad, de esto te voy a platicar más adelante.

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